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MANUAL DE JUEGO PARA UNA CIUDADANÍA MEDIOCRE 
2014
Proyecto desarrollado dentro del marco de la Beca de Investigación Guillermo Hoyos Vásquez: humanidades para la ciudadanía, con el grupo de investigación Especies de Espacios. Estímulo otorgado por La Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte junto con el Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana.
INVESTIGADORAS DEL SEMILLERO ESPECIES DE ESPACIOS:
Estefany Alfaro Buitrago
Ana Carolina Estarita
Claudia Marcela Morales Olaya
Natalia Andrea Felacio Jiménez
Natalia Isabel Pérez Villegas
María Paula Ávila Vera

MANUAL DE JUEGOS PARA UNA CIUDADANÍA MEDIOCRE (2014)

“Hay dos ocasiones en la vida en las que el hombre no debería jugar: cuando no tiene dinero propio para ello y cuando juega su propio dinero” (Mark Twain), este no es un juego de dinero, por lo tanto bienvenidos a jugar.

Hemos ideado una serie de juegos con el fin de poder crear cultura política y favorecer el diálogo en nuevos escenarios. Dichos juegos funcionan como experimento político y pretenden ser un laboratorio de libertad, capaz de suspender las leyes ordinarias y promover una aptitud para imaginar otras posibles pautas de vida. El refrán que reza: “en la mesa y en el juego se conoce al caballero” aplica para nuestra serie de juegos, ya que estos implican y cuestionan ciertas nociones de ciudadanía (libertad de elegir, reconocimiento del otro, respeto a las normas etc.). El juego es libre, es decir no obligatorio; incierto, los resultados no se saben antes de jugarlo; improductivo, no se traduce en riqueza material. Creador de ataduras, mientras juegas estas ligado a tu compañero; ficticio, generador de realidades alternas (Callois, 2001). La idea de juego implica una relación entre comunes: quienes entran a participar de un juego reconocen al extraño como par. Dicho reconocimiento es el eje central de nuestra intervención, ya que abogamos por una ciudadanía mediocre, es decir, para personas comunes, no para santos ni héroes, pero si para todos. Cuando se entra a jugar entre pares se propicia una naturaleza dialógica que no solo funciona en el sentido de personas comunes, sino que también se traduce en un diálogo de saberes (humanidades, ciencias y artes) dando como resultado aquello que denominamos ciudadanía mediocre (Hoyos).

Los juegos tuvieron lugar en la calle 42 entre carrera 7 y 13, específicamente aquel segmento llamado el túnel, que conecta esta calle con la Pontificia Universidad Javeriana. Comprendemos el túnel como una metáfora de Colombia; donde unos pasan y otros se quedan. Unos pasan el túnel y “logran” ingresar a la educación superior con las implicaciones que esto tiene, y otros-que son la mayoría- se quedan en la informalidad. Aunque siempre existirá la posibilidad de que un giro inesperado nos lleve a pasar el túnel nuevamente y salir por el lado contrario. En un lugar donde las relaciones suelen ser instrumentales, como lo es el túnel, nosotras percibimos un gran potencial emancipador (Habermas). En ocasiones el espacio público suele ser emancipador y el espacio privado suele neutralizar el conflicto y perpetuar dichas relaciones instrumentales. Ante lo cual sin ínfulas falsas de mímesis o invenciones de comunidades que no existen, podemos identificarnos como transeúntes del túnel, cuyo tránsito es compartido con un grupo diverso de actores sociales (vendedores ambulantes, policías, estudiantes de otras carreras y profesores, entre otros). En consecuencia proponemos al túnel como lugar de apertura, capaz de conectar distintos contextos y dar espacio a la implicación.

Algunos de los juegos o intervención en el túnel consistieron en: agendas que invitaban a los transeúntes a auto-representarse; una serie de carteles sobre las reglas de juego señalando el significado positivo de la palabra mediocridad; una clase de arte; un bingo que incluía las diversas representaciones consignadas en las agendas y la instalación de una oficina temporal con la intención de propiciar un diálogo reflexivo acerca de la mediocridad.

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